lunes, 31 de enero de 2011

La Familia China /María del Carmen Colombo

Cuando las tres chicas se acercan, el padre cierra el abanico de sus sentimientos, de golpe. Tiene miedo el padre chino de que el calor de sus hijas desplanche las rayitas de su alma, plisadas con suma paciencia por sus antepasados.
El miedo le hace pitar de una boquilla elongada hasta el límite. Chupa del pico el hombre, y de su boca evaporada por el humo se desprenden pensamientos finitos como el perfil de un pez raya.
Es el opio de los pueblos con que carga su boquilla el que lo hace descifrar sus pensamientos en voz alta. "Esas tintoreras –dice de sus hijas— calientan la pava y después yo salgo hecho una planicie. Qué saben ellas, tan chiquitas, del trabajo que costó a mis antepasados imitar el oscuro abanico de las olas, escama por escama, durante milenios, hasta hacer de mi alma este biombo musical que sólo los hombres chinos saben desplegar con dignidad."
Al escucharlo, la más china de las tres chicas desenrolla el caracol de su rodete en señal de rebelión. Cae ondulado el bandoneón de su pelo, y el padre recuerda el golpe, seco, de una sombrilla al cerrarse.

Los poemas de María del Carmen son, como ella misma, un espacio lleno de talento. Haberla conocido y tenerla como maestra es una de las cosas más maravillosas que me pasó en la vida. Como profesora tiene el equilibrio exacto entre el amor por la palabra bien lograda y el respeto por la voz ajena. Cuando María del Carmen te dice: eso no,  hay que escucharla, porque como dice en hechos este hermoso poema, sabe lo que hace.

martes, 18 de enero de 2011

De Gisela Galimi (y sí, uno mio)

No son horas de brisa ni risa,
tiene tiempos de piedra mi alma.
Pulo el gris,
no me gusta rugosa,
si soy piedra
 prefiero ser muro.

En algún sitio sé hay jazmines
esperando dormir en mi pecho.


Poemita nuevo, y me dieron ganas de compartirlo!!!

lunes, 10 de enero de 2011

Serenata para la tierra de uno - Maria Elena Walsh

mahttp://www.youtube.com/watch?v=ncL497m2-B4&feature=player_detail


Serenata para la tierra de uno

Porque me duele si me quedo
pero me muero si me voy.
Por todo y a pesar de todo, mi amor,
yo quiero vivir en vos.

Por tu decencia de vidala
y por tu escándalo de sol,
por tu verano con jazmines, mi amor,
yo quiero vivir en vos.

Porque el idioma de infancia
es un secreto entre los dos.
Porque le diste reparo
al desarraigo de mi corazón.

Por tus antiguas rebeldías
y por la edad de tu dolor,
por tu esperanza interminable, mi amor,
yo quiero vivir en vos.

Para sembrarte de guitarra,
para cuidarte en cada flor,
y odiar a los que te castigan, mi amor,
yo quiero vivir en vos.



Con ella compartimos el idioma de nuestra infancia. Y después, sólo después comprendimos su reino del revés. Un pequeño homenaje en el día de su muerte, para alguien siempre presente en nuestra vida.

jueves, 6 de enero de 2011

De diez y punto

VIII


Dormir contigo.
Dormir contigo era
la víspera de reyes.
Una ansiedad en la boca del estómago
y un gusto a barro por las uñas.
Un cumpleaños siempre, cada noche,
un par de zapatos puesto en la ventana

Dormir contigo.
Dormir contigo era
vigilar la oscuridad en las baldosas,
la mezquina sombra de los árboles,
el interminable amanecer que se estancaaba
y alejaba la noche y me alejaba.

No importaban las mesas,
en copas con que me bautizabas
en los estaños viejos de tu almagro,
no importaban los naipes
el tute burlón que desafiaba
la sorpresa caduca de unos ojos
entintandos en vino.
Íbamos enfermando el día,
murmurándole un réquiem a la tarde,
atravesados de dolor y espuma,
millonearios de amor, locos de versos,
drogados de gardel o de rivero,
viajeros de taxis desolados,
caminadores fuertes del tabaco,

Yo miraba en el fondo de tus ojos
la gran cama poblada como el mundo,
un incendio de clavos y de alambres,
un espacio de vidrio y lunas rojas,
un pedazo de estrella calcinada
la fractura con lágrimas de un árbol.

Muchas veces corró, mojada y turbia,
enemiga del agua, rencorosa
de los trenes que apenas se movían
de las altas escaleras frías
del antiguo ascensor que carraspeaba,
del minuto de fósforo en la esquina;
enemiga, enemiga de las horas,
de la piedra, del viento, del amigo,
del teléfono, el diarero, las noticias,
enemiga del tiempo sin tu boca.

Dormir contigo.
Dormir contigo era
depositar mi sangre de muchacha
junto a tu sangre simple de muchacho,
los besos que me dabas entre sueños
mirándome sin verme.

Entonces yo miraba la ventana,
la luz aue llegaría
y el sonido de la calle comenzaba a dolerme.

Luego había cosas que hacer como sonámbulos,
enlazar piedritas con relojes,
engañar la vida de algún modo,
volver a ser humano humanamente hablando.
Había que acechar los minuteros
y sonreir y pulirlos con ternura
y enfrentarse a paredes y agonías
y armar mecanos, piezas sueltas,
corazones en islas solitarias,
manteca sin papel,
papel sin letra,
despareja canción
cereza rota,
un otoño con plomo en las entrañas
o un verano de cal ue nos quemaba,
pero había después, dormir contigo,
caer en la tormenta de tu almohada,
hallar la paz, la lluvia, los naufragios
los barcos que anclaban y partían
y soplaban su olor de chimenea
y el sándalo, el cognac, las pasajeras
violetas y algún frasco con lilas.

Dormir contigo.
Dormir contigo erea
saber que nunca moriría.




Un poema impresionante. Describe la pasión como pocos. Gracias a Bruno Benedetti supe que su autora es Nira Etchenique. Y gracias a una antigua profesora lo escuché por primera vez. Me encanta como describe esa sensación de estar expectante...

sábado, 1 de enero de 2011

Elogio a la lejanía Paul Celan

Elogio de la lejanía

En la fuente de tus ojos
viven las redes de los pescadores de la mar del extravío.
En la fuente de tus ojos
el mar cumple su promesa.
Aquí arrojo yo,
un corazón que se detuvo entre los hombres,
mi ropa y el esplendor de un juramento:

Más negro en lo negro, más desnudo voy.
Sólo infidente soy fiel.
Yo soy tú si yo soy yo.

En la fuente de tus ojos
desvarar suelo y sueño un rapto.

Una red prendió una red:
nos separamos enlazados.

En la fuente de tus ojos
un ahorcado estrangula la soga.

De "Amapola y memoria" 1952
Versión de José Luis Reina Palazón
Obras completas - Editorial Trota 1999


Más negro en lo negro, más desnudo voy. Sobre el año que comienza y el vaciío del futuro que mejor que pensar en arrojarse en las redes de los afectos, del amor, de uno mismo y de uno en el otro. Deseo que el año que comienza sea para todos nosotros una red que prendió una red.