miércoles, 21 de noviembre de 2012

NO ME ATREVO/ Francisco José Cruz



No me atrevo a intentar ciertos poemas
por el temor a que, tarde o temprano,
sus presagios se cumplan.
Poner el miedo en órbita
es como darle cuerda
a un destino olvidado por la vida.
Los versos que recuerden lo que aún no ha ocurrido
podrían dar ideas
al ogro atolondrado del futuro.


lunes, 12 de noviembre de 2012

Los hombres tristes no bailan en pareja/Piedad Bonnett


Los hombres tristes ahuyentan a los pájaros.
Hasta sus frentes pensativas bajan
las nubes
y se rompen en fina lluvia opaca.
Las flores agonizan
en los jardines de los hombres tristes.
Sus precipicios tientan a la muerte.

En cambio,
las mujeres que en una mujer hay
nacen a un tiempo todas
ante los ojos tristes de los tristes.
La mujer-cántaro abre otra vez su vientre
y le ofrece su leche redentora.
La mujer-niña besa fervorosa
sus manos paternales de viudo desolado.
La de andar silencioso por la casa
lustra sus horas negras y remienda
los agujeros todos de su pecho.
Otra hay que al triste presta sus dos manos
como si fueran alas.

Pero los hombres tristes son sordos a sus músicas.
No hay pues mujer más sola,
más tristemente sola,
que la que quiere amar a un hombre triste.



Piedad dice de sí misma que no es estratégica. Quizá por eso me gusta su poesía. Porque tampoco lo es. Va directo a decir lo que tiene que decir, con valentía, con verdad, con la fuerza que la poesía se merece de las personas que se animan a vivirla descarnadamente. Muchos puntos de coincidencia encontramos en la charla. Dice que entre nosotros ha nacido una amistad. Así sea, porque las mujeres alegres son las que logran tener amigas verdaderas.