Hay tanta soledad en ese oro.
La luna de las noches no es la luna
que vio el primer Adán. Los largos siglos
de la vigilia humana la han colmado
de antiguo llanto. Mírala. Es tu espejo.
Un poema íntimo de Borges, lejos del saber académico, de los blasones y lo épico. Será que frente a la luna todos estamos desnudos, en la noche antigua y en la presente.
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