Llego tarde al llegar temprano,
dos semanas tarde.
La realidad se compone
de muchos pedazos.
Lo real se ríe intangible.
Mis ojos sangran y se enceguecen,
la verdad nunca debería ser vista,
estamos demasiados acostumbrados al humo,
la verdad sea dicha
nunca fue siquiera vislumbrada en este poema.
Pero necesitamos falacias,
somos trenes a la inversa,
necesitamos el humo
y producimos carbón.
¿Para qué mentirnos
Si somos máquinas?
Matías Nelson Gingold es alumno de mi taller. No puedo arrogarme como maestra, ningún merito. Llegó así, poeta y pensador y así sigue escribiendo. Tiene sólo 17 años y por él camina la semilla viva de la poesía. Felidades Mati.
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