Mira el gato a su estrella
Caída en el jardín: sorpresa.
Caída en el jardín: sorpresa.
La noche
Cincuentón, pronto sexagenario,
sin prisa, sin tugurio a modo de oficina,
dejo hablar a los años en Arcadia.
Al viento dejo hablar,
dejo hablar a la noche donde quiera
mi temblorosa estrella
que algo también en mí se estremezca.
La noche pide pan, pide vino.
Pide más, pide un pedacito de muslo
y sienes pétalos y pezones flores.
Quiere el cielo y la tierra.
Quiere constelaciones.
Quiere la flor del sexo, la pide
con la orquídea que sirve de rima y nexo.
Y el amor la confunde como siempre.
Y el amor la ilumina con un beso.
sin prisa, sin tugurio a modo de oficina,
dejo hablar a los años en Arcadia.
Al viento dejo hablar,
dejo hablar a la noche donde quiera
mi temblorosa estrella
que algo también en mí se estremezca.
La noche pide pan, pide vino.
Pide más, pide un pedacito de muslo
y sienes pétalos y pezones flores.
Quiere el cielo y la tierra.
Quiere constelaciones.
Quiere la flor del sexo, la pide
con la orquídea que sirve de rima y nexo.
Y el amor la confunde como siempre.
Y el amor la ilumina con un beso.
Un hermoso poema de Jacobo Rauskin, el poeta paraguayo que nos visitara hace tres años. Recuerdo de él si gracia para contar. Me quedo con este verso: Quiere la flor del sexo, la pide/ con la orquídea que sirve de rima y nexo. Increible!
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