miércoles, 20 de enero de 2016

Siempre amé a los que amanban la tierra, por ejemplo / Teresa Arijón

Siempre amé a los que amaban la tierra. Por ejemplo,
a los cazadores de jirafas del desierto de Kalahari, que ven
en las manchas del pelaje las de la luna, y en la carrera
atroz
frente a las lanzas la estampida de la propia muerte.
Siempre admiré las raíces de los árboles, pero más
admiré las ramas, y más aún las hojas y la flor perecedera.
Lo que se va y no queda
sino en el ojo de la mente,
o en el alma, según la religión.




De: POEMAS Y ANIMALES SUELTOS  (Buenos Aires, pato-en-la-cara, 2005)